Crítica - The Program
La victoria corría por sus venas
Sinopsis:
La historia de Lance Armstrong, desde sus comienzos en el ciclismo profesional y su deseo desmesurado de la victoria, que lo llevó a tomar drogas para mejorar su rendimiento y ganar siete Tours de Francia consecutivos; engañando a todos menos al periodista irlandés David Walsh, quien no descansará hasta desenmascarar a Armstrong y desmontar su mentira.
Reparto:
Ben Foster como Lance Armstrong
Chris O'Dowd como David Walsh
Denis Menochet como Johan Bruyneel
Lee Pace como Bill Stapleton
Jesse Plemons como Floyd Landis
Guillaume Callet como Michele Ferrari
Y Dustin Hoffman quien tiene un papel menor pero con cierta importancia en la historia.
Análisis e impresión:
Tenía muchas ganas de ver este film, como fanático de las historias reales (y buenas por supuesto) y vaya que con la historia de Lance Armstrong se tiene una excelente. Pues Stephen Fears, director de La Reina y Philomena, realizó este film el año pasado, el cual tuvo muy poca difusión y críticas bastante mixtas. La realidad es que, aunque entretiene y cuenta la esencia de la historia, le falta profundizar y explotar más la situación y los personajes.
The Program se queda en telefilme correcto en cierta manera, pero hasta allí; porque como dije, la historia del engaño de Armstrong en esencia se cuenta, mostrándose como seguramente es él: un mentiroso compulsivo, un psicópata, un hombre cuya hambre desmesurada por ganar lo llevó a engañar a todo el mundo, a burlarse de sus fans que tanto lo querían y admiraban -no solo por ser un ciclista multicampeón, sino por ser sobreviviente de cáncer-, de su familia, de sus amigos; se hizo enemigos en todo el mundo, y aunque lo confesó todo (en aquella famosa entrevista con Oprah Winfrey), el hombre vive sin remordimientos, como si nada hubiera pasado, y ésto se confirma en todos los documentales, entrevistas e interacciones en redes sociales con las que el hombre ha aparecido después, de verdad es que es todo un caso; y todo el entramado con el médico Michele Ferrari y el resto de su equipo y la lucha por conocerse la verdad por parte del periodista David Walsh (ésto último en menor grado, ya hablaré de eso más adelante) están bien representados y al final cuentan lo que deben contar.
El encargado en darle vida acá a la joyita de Armstrong es Ben Foster, algo muy acertado ya que de por sí Foster desde antes del rodaje guardaba cierto parecido con Armstrong, en la película sí que se transformó en él físicamente, de verdad que tiene un parecido bastante convincente (véase la imagen que coloqué arriba), y su actuación está muy bien, no es para tirar cohetes, pero sí es bastante buena; como curiosidad, Foster llegó a consumir las mismas drogas que usaba Armstrong para competir, y luego el cuerpo le pasó factura y se puso gordo como un tocino (algo que se ve en las venideras Hell or High Water e Inferno). Algo diferente ocurre con Chris O'Dowd, quien interpreta al periodista irlandés quien siempre sospechó de Armstrong y no descansó hasta que se descubriera la verdad, aunque le costara un dineral al diario en el que trabajaba en demandas; O'Dowd hace un trabajo correcto como actor -en uno de los pocos papeles serios que ha hecho en su vida-, pero es su caracterización la que no está del todo bien, su parecido con el verdadero David Walsh es muy poco, desde la estatura hasta su evolución en el tiempo (lo ponen como que casi no envejece), y en sí, el personaje está desaprovechado, deberían haberlo puesto más tiempo investigando y luchando para que se conociese la verdad, y no es así, tiene algunos momentos, pero no son tantos como los que se deberían. El resto de los actores, pues todos normales, correctos, pero ninguno sobresale por sobre los demás, Dustin Hoffman, como dije, tiene un papel importante en la historia pero muy corto en el film (sale menos de 10 minutos); ah, y el director del equipo de Armstrong es Denis Menochet, a quien recordamos por ser el señor Lapadite en la primera parte de esa joyaza llamada Bastardos sin Gloria.
El encargado en darle vida acá a la joyita de Armstrong es Ben Foster, algo muy acertado ya que de por sí Foster desde antes del rodaje guardaba cierto parecido con Armstrong, en la película sí que se transformó en él físicamente, de verdad que tiene un parecido bastante convincente (véase la imagen que coloqué arriba), y su actuación está muy bien, no es para tirar cohetes, pero sí es bastante buena; como curiosidad, Foster llegó a consumir las mismas drogas que usaba Armstrong para competir, y luego el cuerpo le pasó factura y se puso gordo como un tocino (algo que se ve en las venideras Hell or High Water e Inferno). Algo diferente ocurre con Chris O'Dowd, quien interpreta al periodista irlandés quien siempre sospechó de Armstrong y no descansó hasta que se descubriera la verdad, aunque le costara un dineral al diario en el que trabajaba en demandas; O'Dowd hace un trabajo correcto como actor -en uno de los pocos papeles serios que ha hecho en su vida-, pero es su caracterización la que no está del todo bien, su parecido con el verdadero David Walsh es muy poco, desde la estatura hasta su evolución en el tiempo (lo ponen como que casi no envejece), y en sí, el personaje está desaprovechado, deberían haberlo puesto más tiempo investigando y luchando para que se conociese la verdad, y no es así, tiene algunos momentos, pero no son tantos como los que se deberían. El resto de los actores, pues todos normales, correctos, pero ninguno sobresale por sobre los demás, Dustin Hoffman, como dije, tiene un papel importante en la historia pero muy corto en el film (sale menos de 10 minutos); ah, y el director del equipo de Armstrong es Denis Menochet, a quien recordamos por ser el señor Lapadite en la primera parte de esa joyaza llamada Bastardos sin Gloria.
Pero el gran pifie de Stephen Fears fue no rematar la historia que quería contar, no profundizó como debió, se quedó en detalles muy superficiales, como dije antes, no contar bien todo el trabajo de David Walsh es un fallo importante, y preferir contar historias como la de Floyd Landis u otros momentos del equipo de Armstrong que al final no importan le pesan a la película; hubiera podido adentrarse en la evolución de Armstrong a lo largo de los años en los que ganó el Tour de Francia, o hasta en su vida personal -a fin de cuentas, esto es un biopic sobre él- y no lo hace, por ejemplo, si bien cuenta lo del cáncer y menciona que se casó, no habla de que tuvieron hijos, se divorció, se volvió a casar... quizá solamente sea cosa mía, pero pienso que esta parte no fue bien explotada. En fin, una película aceptable -en realidad, más un telefilm- que cuenta, pero de manera superficial, una de las historias más controvertidas e interesantes de los últimos tiempos, ¿Que pudo haber estado mejor? Desde luego que sí, pero por ahora, es lo que hay.
Lo bueno de la película: La caracterización de Ben Foster como Lance Armstrong. A final de cuentas, entretiene y cuenta la historia, aunque sea de manera superficial.
Lo malo de la película: Que no hayan sabido rematar ni profundizar contando la historia, sobretodo la del periodista David Walsh. Él mismo que pifiaron en su caracterización.
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