Crítica - El Rey Arturo: La Leyenda de la Espada

Así no se cuenta una historia...

Título original: King Arthur: Legend of the Sword
Título en España: Rey Arturo: La leyenda de Excálibur

Sinopsis: 

     De niño, el joven Arturo, legítimo heredero de la corona, es testigo de cómo su malvado tío Vortigern asesina a su madre y a su padre, el rey Uther, y usurpa su lugar en el trono. Años después, Arturo logra sacar la espada Excálibur de la piedra, demostrando que es el verdadero rey; entonces él y sus aliados emprenderán una lucha con su tío para recuperar lo que, por derecho, le corresponde.

Reparto:

Charlie Hunnam como Arturo
Jude Law como Vortigern
Dijimon Hounsou como Bedivere
Àstrid Bergès-Frisbey como la Maga
Eric Bana como el rey Uther

Análisis e impresión:

     ¿Pero qué tenían en mente las personas involucradas en ésto? No sé si pensar si lo hicieron adrede o por torpeza. No entiendo. Primero, todos sabemos que Guy Ritchie es un tipo con altos y bajos, pero sin duda es una apuesta arriesgada por su estilo, semi-irreverente, que a veces funciona y a veces no; y en esta ocasión, no fue así, pues la historia del Rey Arturo (o este escueto fan-fiction) es tan sublime, que de ninguna manera se puede contar así como lo ha hecho Ritchie, con esa gracia e irreverencia, aunque a éste mismo estilo se por momentos su salvavidas (de eso hablaré más adelante). Segundo, como lo dije antes, esto es un fan-fiction mal hecho, que pareciera más bien inspirado en Hamlet que en la propia leyenda por la que lleva el nombre, con la típica historia del tío envidioso del sobrino y que mata a los padres para poder convertirse en rey, y treinta años después el sobrino reaparece y reclama su trono... hartos estamos de eso, ¡al menos esfuércense en hacerla interesante! Y encima ultrajan la historia de esa manera ¿Vortigern tío de Arturo? ¿en serio? ¿y Merlín? Bien, gracias...



     Tercero, una cosa que es algo que es de lo peor que le puede pasar a una película: deja al espectador totalmente indiferente, vacío, sin nada que lo atrapara o que le llamara la atención durante las dos horas que dura... podría haber sido como mínimo entretenida, y que se convirtiera en un placer culpable, de esos que uno sabe que tiene fallos pero que puedes ver sin problema y pasar el rato, pues no, aquí el film se presta más para que uno vea el reloj, en lugar de ver y meterse en la historia.

     Cuarto, y quizás sea sólo cosa mía, pero me hizo ruido igual: me pareció grosero cómo parecía que Ritchie se plagiaba de Zack Snyder en cuanto a efectos visuales y fotografía. En serio, por las delicadas tomas a cámara lenta y el tono épico y oscuro, había momentos en los cuales pensaba que estaba viendo 300, Batman v Superman o Watchmen; esa batalla final entre Arturo y Vortigern parecía más bien la batalla entre los espartanos de Leónidas y los Inmortales del ejército persa en la obra épica del año 2007. Un enorme absurdo. 



     Y quinto, las actuaciones y los diálogos no son nada especial. Todo lo contrario, son olvidables, más bien. El protagonista de turno, Charlie Hunnam, está más para lucir su físico y hacer que se le caigan las babas a más de una señorita, que para representar de manera digna a un personaje tan legendario. Su tío en la ficción, Jude Law, no está tan mal, pero molesta ver cómo pareciera que lo único que hace son papeles de villano insoportable; digo además que los diálogos entre ambos en la pelea final son realmente malos con todas las ganas. En cuanto al resto, ninguno destaca, aunque tampoco están tan horribles. El único que me gustó más o menos fue Eric Bana, quien hacer de monarca pareciera que siempre le cae como anillo al dedo. Ah, y no hablé del horrible cameo del muñequito de torta David Beckham, quien parece amiguito del director, luego de hacerlo también en la excelente El Agente de C.I.P.O.L.. Estúpido e innecesario.

     Aunque, por más cosas negativas tenga la cinta, hay algo rescatable, y por más que pueda parecer que estoy me estoy contradiciendo con algo que mencioné anteriormente, es lo único positivo que extraigo del film: hay momentos en los que, por alguna razón, el estilo propio de Ritchie en cuanto a dirección y marca sí parece un acierto, logrando mantener al espectador con cierto nivel de enganche; pero ojo, estos momentos están bien dispersos a lo largo de la película, así que, si bien salvan algo, no es suficiente. 



     Si no hablo de la banda sonora, compuesta por Daniel Pemberton, es porque no destacó ni tuvo momentos en la película; de todas formas, tenía difícil superar a la de Rey Arturo de 2004, compuesta por el Maestro Hans Zimmer. Así que, desafortunadamente, más son las cosas malas que las buenas con este film, así que, mi veredicto es que no pierdan su tiempo ni su dinero en ir a verlo. Triste, así son las cosas.


Lo bueno de la película: Los momentos en los que el estilo de Ritchie parece acertado.

Lo malo de la película: Deja indiferente al espectador. La grosera forma en la que ultraja la historia y se copia del estilo de otras. El estilo de Ritchie que, la mayoría del tiempo, no cuadra con el tono de la historia. Las actuaciones y diálogos.

Puntuación final: 3/10     ★★★★1/2



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