Crítica - V de Venganza

Recuerda, recuerda el 5 de noviembre...

Título original: V for Vendetta

Sinopsis:

     En el futuro, Inglaterra se ha convertido en un Estado fascista totalitario. Una noche, Evey Hammond, una joven agobiada por la situación política del país, conoce a un hombre enmascarado llamado V, quien luego se la lleva y comienza a enseñarle los ideales de libertad, cuyo motor principal es la venganza, tanto personal, como colectiva. Ideales que pronto comienzan a calar en Evey, y que la convencen y llevan a aliarse con V en su plan por la libertad.

Reparto:

Natalie Portman como Evey Hammond
Hugo Weaving como V
Stephen Rea como Eric Finch
John Hurt como el Alto Canciller Adam Sutler

Análisis e impresión:

     Hasta ahora no había visto este film, la adaptación cinematográfica del genial cómic de David Lloyd y Alan Moore. Y me arrepiento de no haberlo hecho antes. Mucho. Es una auténtica obra maestra moderna. La manera en la que está hecha, la aparentemente sutil (por la tranquilidad de V) pero muy intensa y, sobre todo, clara manera de transmitir el mensaje. Ese mensaje tan obvio y claro: lo que hay que hacer para luchar por la libertad, guiándose nada más que por las meras capacidades, sin límite alguno, de lo que es capaz de pensar (y hacer) el ser humano. Y todo eso, es lo que se debe convertir en los principios que deberían regir el mundo actual, y que lamentablemente, en muchos lugares, no es así, necesitando a un héroe como V.



     El film puede ser analizado desde varias aristas, a mi parecer. Primero, podemos hablar de la autoridad. El gobierno. Es un gobierno completamente fascista. Totalitario, opresor, cruel, malvado, ambicioso, lleno de odio; que utiliza el terror como uno de los instrumentos para tener al pueblo sometido, ya sea por las guerras mundiales que han sucedido, o por la espantosa pandemia que ellos mismos propiciaron (y que, a la postre, provocaría el origen de nuestro héroe). Y claro, no solo infunde el terror de esta manera en la población, sino también en la salvaje opresión y persecución contra los que piensan distinto, e inclusive, los que se le enfrentan trivialmente. Es un espantoso ejercicio del poder, destruyendo a una nación, ya sea desapareciendo, literalmente, a un grupo, o borrándolos, figurativamente, para hacerlos individuos fieles a su doctrina. Sin embargo, en medio de todo esto, está la figura del policía, el inspector Finch. Un hombre que, al principio, sólo hacía su trabajo pero, poco a poco, a medida que iba descubriendo cosas, se fue asqueando, obstinando con el gobierno al cual representaba, e iba simpatizando con la causa de V. En los momentos finales, cuando está cara a cara con Evey, sufre una disyuntiva, pues, aún representaba la ley de ese gobierno perverso, pero por todo de lo que se ha enterado y aprendido los últimos meses, sus principios dicen que ella está en lo correcto, y que él tiene la oportunidad de unírsele. Al final, en él, triunfaron los principios.



     Segundo, está V. El gran héroe. Probablemente, a los inicios su vida, antes de que fuera víctima del gobierno, era alguien sin muchos problemas, tal vez preocupado por el Estado fascista en que Inglaterra se había convertido, pero sin mayor rollo. Hasta que, le pasa lo que le pasa. Es apresado, experimentan con él, recibe uno de los peores tratos inhumanos, ve morir a personas que estima, y casi lo matan. Por poco. Eso, tal vez, fue la gota que rebasó el vaso. Ahora tenía un norte: acabar con ese Estado malvado que estaba exterminando al pueblo inglés. Su motor para eso: la venganza. Su inspiración: la Conspiración de la Pólvora de 1605, que una de sus mentes maestras fue el católico Guy Fawkes -su ídolo-, cuyo motivo era asesinar al Rey Jacobo I, volando el edificio del Parlamento Británico, y la cual fracasó estrepitosamente; pero la diferencia es, que V sí tendría éxito. No quería perderse el gusto de acabar con los esbirros que trabajaban para el gobierno, quienes lo habían arruinado como persona, y los cazó uno por uno. Finalmente, ahora habiéndole enseñado a Evey todo lo que él había aprendido sobre el valor de la libertad, y cómo luchar por él, la utiliza a ella y a los ciudadanos para consumar su plan, tanto de venganza, como de, sobre todo, justicia y libertad.


     
     Tercero, Evey. Una muchacha que sólo ha vivido tragedias. Por la pandemia propiciada por el gobierno, perdió a su hermano. A raíz de ésto, sus padres se volvieron activistas, terminaron siendo apresados y asesinados. Creció con eso. Pero, además, con algo que le decía que podía hacer algo para hacerle justicia a su familia, y a su vez, cambiar el destino de Inglaterra. Un deseo tan fuerte que se estaba casi convirtiendo en una voz que le decía lo que era capaz. Pero no sabía cómo, hasta que conoció a V. Ella lo salvó a él, y luego, él a ella. Cuando V se la lleva a su "casa", y no la deja salir -por su propio bien, claro está-, ella entra en conflicto: técnicamente, está secuestrada, y desea irse de allí, obviamente. A nadie le gusta estar secuestrado. Pero también, observa en V la esperanza de Inglaterra, además de un maestro que le puede enseñar a canalizar todo eso que siente, ese deseo que tiene de que, no solo a su familia, sino a todo el pueblo inglés que sufre ese gobierno, se les pueda hacer justicia, y merezcan vivir como personas libres. Ella, después de todo, es humana, y ante esa muy delicada situación, que representaba ese conflicto, inicialmente, termina cediendo a lo primero, y escapa. Pero V tenía un don especial, y sabía que ella era la indicada para continuar su legado, por eso, a pesar de todo la protegió. Y cuando él la "recaptura" y le hace vivir tan solo parte de los horrores que él vivió, ella cae en cuenta, y aunque no se lo cree mucho, ni mucho menos lo dice, le jura lealtad. Y lo acompañará en su causa hasta el fin, y será su heredera. La encargada de reconstruir Inglaterra como un Estado de bien. ¿Síndrome de Estocolmo? Pueden llamarlo como quieran, pero para mí, es seguir los principios naturales del ser humano de ser libre, y Evey vio en V esos principios. Por eso decidió quedarse, aún teniendo la opción de irse para siempre, porque V representaba la esperanza, la libertad y la justicia.



     Ya me extendí. Así que sólo diré que, el trabajo del elenco, bravísimo todos, especialmente Natalie Portman, quien sacrificó su cabellera para representar la crueldad de una autoridad así. Y por supuesto, Hugo Weaving, enmascarado y todo (como casi siempre), magnífico. En resumidas, si aún no la han visto, cinéfilos, que sea su prioridad número 1. No hay muchas películas así. Véanla, aprécienla y atesórenla. Es un duro retrato de, no sólo como se gobierna, en muchas partes, en la actualidad, sino de cuáles son los valores y principios de la humanidad, y cómo podemos luchar para construir una sociedad basada en ellos. Es absolutamente imprescindible.


Lo bueno de la película: Absolutamente TODO.

Lo malo de la película: Absolutamente NADA.

Puntuación final: 10/10     ★★★★★





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