Crítica - El Retorno del Jedi
Título original: Return of the Jedi
Título alternativo: Star Wars: Episodio VI - El Retorno del Jedi
Sinopsis:
Luke Skywalker, Leia y Lando Calrissian se dirigen a Tatooine, para rescatar a Han Solo de las manos del malvado Jabba. Mientras, la Alianza Rebelde prepara lo que sería un ataque final al Imperio, pero no cuentan con los planes de Darth Vader y el Emperador Palpatine, quienes les tienden una trampa para acabar con ellos de una vez por todas, y además, convencer al tribulado pero esperanzado Luke de unirse a su siniestra causa.
Reparto:
Mark Hamill como Luke Skywalker
Carrie Fisher como la Princesa Leia
Harrison Ford como Han Solo
David Prowse como Darth Vader
Billy Dee Williams como Lando Calrissian
Billy Dee Williams como Lando Calrissian
Anthony Daniels como C-3PO
Kenny Baker como R2-D2
Ian McDiarmid como el Emperador Palpatine
Peter Mayhew como Chewbacca
Frank Oz como Yoda
Análisis e impresión:
Dirigida esta vez por Richard Marquand, el capítulo final de la saga original llegaba tres años después de la impactante El Imperio Contraataca, en donde los malos parecían acabar con las esperanzas de los héroes, y quienes ahora emprendían toda una serie de arriesgadas campañas para lograr derrotarlos de una vez por todas; un capítulo final que, a gusto personal, es el mejor de la trilogía original, y uno de los mejores de toda la saga.
El Retorno del Jedi bien puede dividirse en etapas: la primera, que la misión principal es rescatar a Han Solo, congelado en carbonita por Darth Vader, de las manos del malvado hutt Jabba; ocurriendo todo de manera impecable, con excelentes momentos de acción, y además de un buen nivel de tensión. Y la segunda, mucho más compleja, es cuando planean el ataque que acabará con el Imperio, comienzan a ejecutarlo, y aparece la situación cuando el Jedi Luke debe separarse de sus compañeros -especialmente de Leia, que acababa de descubrir que era su hermana-, para ir a enfrentar a su padre y al malvado emperador, pues sabe que él es la única esperanza de la galaxia. Allí la película se divide en dos situaciones paralelas: la batalla final, tanto en la luna de Endor como en el espacio exterior, entre las fuerzas Rebeldes y las Imperiales -siendo todo una trampa por parte del Emperador y Vader-; y la lucha de Luke contra Darth Vader y el Emperador Palpatine, por salvar a su padre, y pelear, con todas sus fuerzas, por no caer en el lado oscuro. Me atrevo a decir, que aquí se combinan lo espectacular, alucinante y encantador de la primera película, con lo oscuro, siniestro, e igualmente atrapante de la segunda. Y al final, como tiene que pasar, triunfa el bien, no sólo porque derrotaron al Imperio, sino porque acabaron con toda la oscuridad que había en los personajes, siendo el Jedi que retorna no Luke, sino su padre, Anakin Skywalker. Por combinar todos esas historias, vueltas de tuerca, emociones, y hacerlo de esta manera tan meticulosa y carismática: Bravo, Bravísimo.
Si hablo del trabajo de los actores, todos magníficos, pero hay que hacer mención especial de uno en particular: Sebastian Shaw, un veterano actor inglés, fue el escogido para encarnar a Anakin Skywalker, el padre de Luke y Leia, ahora redimido y agonizante. Las anécdotas dicen que su presencia en el set de rodaje fue muy importante, y todos en la producción le tenían un enorme respeto. Al final, el rodaje de esa escena en particular duró menos de un día, y apenas habló 24 palabras, pero eso fue suficiente para quedar en la retina de todo el mundo como el trágico héroe Jedi, y algo que marcó el resto de su vida. Como curiosidad, en la versión original del film, él aparecía como el fantasma de la Fuerza de Anakin, junto al de Yoda y Obi-Wan, pero, en la re-edición del 2005, fue reemplazado por una imagen de Hayden Christensen, quien lo interpreta en las precuelas, algo que, la verdad, resulta rebuscado, y no gustó mucho a los primeros fans. Y un papel trascendental también lo tienen los Ewoks, las simpáticas y entrañables criaturas que habitaban la luna de Endor, quienes sin su ayuda, los Rebeldes seguramente no habrían ganado la batalla.
El gran John Williams vuelve a hacer una magistral partitura musical, demostrando que él y Star Wars son tal para cual. En lo personal, la música que compuso para el final de la versión del 2005, llamada Victory Celebration, es mi favorita, llega a transmitir algo tan especial que termina siendo conmovedora. En resumidas, el magnífico cierre de la trilogía original de la saga más grande de la historia del cine. Tiene absolutamente todo lo que una buena película puede tener: encanto, carisma, acción, emoción. Es una verdadera maravilla. ¿Y qué pasó después? Al parecer, aunque el Imperio fue derrotado, algo de oscuridad permaneció y surgió 30 años después; pero antes, repasaremos las precuelas, la cual la primera, La Amenaza Fantasma, se estrenó en 1999, y que será nuestra siguiente reseña.
Lo bueno de la película: Absolutamente todo.
Lo malo de la película: Absolutamente nada.
Puntuación final: 10/10 ★★★★★
Ciclo Star Wars
Ian McDiarmid como el Emperador Palpatine
Peter Mayhew como Chewbacca
Frank Oz como Yoda
Análisis e impresión:
Dirigida esta vez por Richard Marquand, el capítulo final de la saga original llegaba tres años después de la impactante El Imperio Contraataca, en donde los malos parecían acabar con las esperanzas de los héroes, y quienes ahora emprendían toda una serie de arriesgadas campañas para lograr derrotarlos de una vez por todas; un capítulo final que, a gusto personal, es el mejor de la trilogía original, y uno de los mejores de toda la saga.
El Retorno del Jedi bien puede dividirse en etapas: la primera, que la misión principal es rescatar a Han Solo, congelado en carbonita por Darth Vader, de las manos del malvado hutt Jabba; ocurriendo todo de manera impecable, con excelentes momentos de acción, y además de un buen nivel de tensión. Y la segunda, mucho más compleja, es cuando planean el ataque que acabará con el Imperio, comienzan a ejecutarlo, y aparece la situación cuando el Jedi Luke debe separarse de sus compañeros -especialmente de Leia, que acababa de descubrir que era su hermana-, para ir a enfrentar a su padre y al malvado emperador, pues sabe que él es la única esperanza de la galaxia. Allí la película se divide en dos situaciones paralelas: la batalla final, tanto en la luna de Endor como en el espacio exterior, entre las fuerzas Rebeldes y las Imperiales -siendo todo una trampa por parte del Emperador y Vader-; y la lucha de Luke contra Darth Vader y el Emperador Palpatine, por salvar a su padre, y pelear, con todas sus fuerzas, por no caer en el lado oscuro. Me atrevo a decir, que aquí se combinan lo espectacular, alucinante y encantador de la primera película, con lo oscuro, siniestro, e igualmente atrapante de la segunda. Y al final, como tiene que pasar, triunfa el bien, no sólo porque derrotaron al Imperio, sino porque acabaron con toda la oscuridad que había en los personajes, siendo el Jedi que retorna no Luke, sino su padre, Anakin Skywalker. Por combinar todos esas historias, vueltas de tuerca, emociones, y hacerlo de esta manera tan meticulosa y carismática: Bravo, Bravísimo.
Si hablo del trabajo de los actores, todos magníficos, pero hay que hacer mención especial de uno en particular: Sebastian Shaw, un veterano actor inglés, fue el escogido para encarnar a Anakin Skywalker, el padre de Luke y Leia, ahora redimido y agonizante. Las anécdotas dicen que su presencia en el set de rodaje fue muy importante, y todos en la producción le tenían un enorme respeto. Al final, el rodaje de esa escena en particular duró menos de un día, y apenas habló 24 palabras, pero eso fue suficiente para quedar en la retina de todo el mundo como el trágico héroe Jedi, y algo que marcó el resto de su vida. Como curiosidad, en la versión original del film, él aparecía como el fantasma de la Fuerza de Anakin, junto al de Yoda y Obi-Wan, pero, en la re-edición del 2005, fue reemplazado por una imagen de Hayden Christensen, quien lo interpreta en las precuelas, algo que, la verdad, resulta rebuscado, y no gustó mucho a los primeros fans. Y un papel trascendental también lo tienen los Ewoks, las simpáticas y entrañables criaturas que habitaban la luna de Endor, quienes sin su ayuda, los Rebeldes seguramente no habrían ganado la batalla.
El gran John Williams vuelve a hacer una magistral partitura musical, demostrando que él y Star Wars son tal para cual. En lo personal, la música que compuso para el final de la versión del 2005, llamada Victory Celebration, es mi favorita, llega a transmitir algo tan especial que termina siendo conmovedora. En resumidas, el magnífico cierre de la trilogía original de la saga más grande de la historia del cine. Tiene absolutamente todo lo que una buena película puede tener: encanto, carisma, acción, emoción. Es una verdadera maravilla. ¿Y qué pasó después? Al parecer, aunque el Imperio fue derrotado, algo de oscuridad permaneció y surgió 30 años después; pero antes, repasaremos las precuelas, la cual la primera, La Amenaza Fantasma, se estrenó en 1999, y que será nuestra siguiente reseña.
Lo bueno de la película: Absolutamente todo.
Lo malo de la película: Absolutamente nada.
Puntuación final: 10/10 ★★★★★
Ciclo Star Wars
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